PARTICIPA

Si quieres publicar un artículo relacionado con los TP o plantear un tema de debate y opinión, ponte en contacto por correo electrónico con nosotros: volcanicos@gmail.com

miércoles, 12 de enero de 2011

EL TIEMPO

Uno de las dificultades que tienen que afrontar los familiares de afectados por los TP es adaptar su vida a un ritmo temporal diferente al considerado como normal.
En un momento dado se ven obligados a enfrentarse a la indiscutible realidad de que que sus hijos o hermanos presentan unas actitudes y comportamientos inapropiados, que les producen importantes disfunciones para adaptarse a su entorno familiar y social.
Cuando cabía esperar que alcanzaran un grado suficiente de madurez, autonomía y estabilidad, lo que ocurre es todo lo contrario: los familiares observan que a los 20, los 30 o los 40 años adoptan patrones de conducta inestables, erráticos, o inadaptados.
Surge la incógnita aterradora: ¿se trata de una situación transitoria o definitiva? ¿obedece a una crisis pasajera o a un estado permanente?
Si se trata de algo transitorio, bastaría con armarse de paciencia. Si fuera algo definitivo, sería preciso abordarlo con resignación.
Pero la respuesta no es concluyente. A veces parece transitorio y a veces duradero. A cada episodio crítico le sucede un periodo de mayor estabilidad, que vuelve a terminar en una nueva etapa conflictiva.
Y así van pasando las semanas, los meses y los años. En un desesperantemente lento devenir del tiempo. Hay que volver atrás, situarse en la época de la infancia de los afectados, y volver a tener paciencia, infinita paciencia. Hay que volver a empezar una compleja labor de reeducación, recurriendo a estímulos, a premios y a sanciones; aceptando que no basta con decir las cosas una vez, sino cien; y aprendiendo a convivir con unos hijos que a veces parecen adultos y a veces niños.
Las horas parecen días, las semanas meses, y los meses años. Pero el tiempo pasa a pasar de todo, y poco a poco, de manera apenas perceptible, van evolucionando, van mejorando, van haciéndose adultos completos. Sólo hace falta tener las suficientes paciencia y constancia para aguantar hasta el final.

No hay comentarios:

Publicar un comentario