Bitácora de la Asociación "El Volcán" de familiares de personas con Trastornos de Personalidad de Zaragoza.
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sábado, 9 de febrero de 2013
El balance anual
Una de las características de los trastornos de la personalidad es su largo recorrido. Sus efectos pueden comenzar a manifestarse al final de la adolescencia, y es habitual que persistan hasta bien entrada la edad adulta.
Durante este prolongado periodo los afectados atraviesan innumerables etapas: a veces parece que experimentan avances, y una semana después todo indica que están retrocediendo, para a continuación estabilizarse, volver a mejorar, y volver a caer.
Esta interminable montaña rusa produce en los familiares un efecto de “ducha escocesa” continuada, en el que se suceden momentos de preocupación, otros de alivio, seguidos de
días de esperanzado optimismo, a los que suceden otros de oscuro abatimiento. Los familiares, muy pegados al día a día de los afectados, siguen milimétricamente esas subidas y bajadas, y reproducen en su ánimo los vaivenes del afectado.
El final de año es el momento en que todo tipo de empresas y organismos hacen balance. Se estudian los datos y los resultados de los doce meses precedentes, se comparan con los del año anterior, y se establecen unos objetivos para el siguiente.
Es también buen momento para que los familiares de un afectado de TP hagan lo propio. Es la ocasión para tomar distancia, y evaluar la situación, comparándola con la que
había 365 días antes. Hacer esto con la mayor objetividad posible, alejando el enfoque
del día de hoy, nos permitirá en la mayoría de los casos constatar que las cosas han
mejorado en conjunto.
Ese es el barómetro que puede indicarnos si estamos en el camino correcto. Es posible
que nuestro familiar esté pasando un mal momento esta semana, pero lo que importa es ver si la totalidad del año ha sido mejor o peor que la totalidad del anterior.
Si la respuesta es positiva, quizá podamos encarar 2013 con más optimismo, con más
paciencia, y –sobre todo- con mayor confianza en que estamos haciendo lo correcto.
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